¿Puede que una figura tradicional, alegre e inocentona como la de Papá Noel sea en realidad un ejemplo pernicioso para la sociedad? Así lo cree al menos un científico australiano que publicó un informe de Revista Médica Británica (BMJ, por sus siglas en inglés)l.
Con su prominente barriga y los cachetes y la nariz colorados, Papá Noel está enviando el mensaje equivocado: promueve la obesidad e incluso el alcohol al volante.
Quizá el viejito simpático debería bajarse del trineo y caminar, dejar a un lado los pastelitos y aflojarle al brandy y la cerveza, dice la investigación apadrinada por la Universidad de Monashn en Melbourne.
Papá Noel, afirma el estudio, es una de las figuras más conocidas a lo largo y ancho del globo, y es hora de que empiece a cuidar su salud, porque hasta ahora es un malísimo ejemplo.
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