La historia parece de película: un chileno llamdo Giglio Pascal Cortés Ramírez, de 35 años, recibió una petición en su cuenta de Facebook para aceptar a un nuevo amigo, que era, por increíble que parezca, su hijo Pablo Cortés, al que hacía 13 años que no veía.
Giglio no podía creer lo que veía, y de hecho dudó si aceptar la invitación o ignorarla, pero los datos de la cuenta de su hijo coincidían con los datos reales, de modo que acabó por aceptarle como contacto y poco después llegarían los primeros contactos directos, primero por chat.
Enlace aquí.
Giglio no podía creer lo que veía, y de hecho dudó si aceptar la invitación o ignorarla, pero los datos de la cuenta de su hijo coincidían con los datos reales, de modo que acabó por aceptarle como contacto y poco después llegarían los primeros contactos directos, primero por chat.
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